sábado, 22 de marzo de 2014

belFAST

No hay nada peor que no seguir tu propio consejo, pero si esa no es una de las ruedas sobre las cuales la humanidad se desliza, devuelvo mi diploma de filósofo honorario. Hace dos años hice lo mismo que hicimos el último día en Dublin, ¿leí la maravillosa crónica que escribí en ese momento? Por supus que no, pero igualmente no fue tan terrible. Esa vez perdí €40, esta vez perdimos unas horas. Los hechos se dieron de la siguiente forma:

Unos días antes compramos los pasajes de tren, el viejo y querido tren Dublin-Belfast. Recuerden que estábamos a un viaje corto en bondi del centro; por eso ,y como no queríamos terminar a las corridas, compramos pasaje para salir a la una de la tarde. Por alguna razón que nunca vamos a entender el sistema nos puso a las 15. Fuimos a la estación y nos dijeron que la única forma de solucionarlo era llamando. PAJA. Lo dejamos como estaba. Nos tomamos el tren a las 3 de la tarde y, entre que salimos del tren y llegamos al hostel, se hicieron las 6 de la tarde. Me gustaría dejar en claro que a las 6 de la tarde ya era de noche. La recomendación es, entonces, a la hora de sacar el pasaje para este, sacalo en la estación, y sacalo para irte temprano. Belfast es una ciudad muy linda, y es chica... Yo creo que lo ideal sería quedarse 3 días, uno para recorrerla y otros dos para volver a los lugares que te gustaron. Lo que me da el pie para seguir con el relato:

Lo que iba a ser un día y medio, terminó siendo sólo uno, así que tuvimos que sacarle el máximo provecho. Nos levantamos temprano y contratamos un Black Taxi Tour. La vez pasada lo había querido hacer, pero no me acuerdo por qué no. El tour lo hacen particulares, te llevan por toda la zona de Sandy Row, donde están los murales del IRA y te cuentan historias de esa época. Aficionados de historias de lucha política, es una obligación hacerlo. Al principio me costó entender el acento del guía, pero ya para el final se me acostumbró el oido y sólo le perdía alguna que otra palabra. Si lo van a hacer, lean un poco sobre el tema antes de hacerlo porque es mucha inoformación de golpe. Si no saben si les va a interesar, vean En el Nombre del Padre. Si les gusta esa película, les va a gustar el tour.

Inmediatamente después fuimos al museo del Titanic. Lo vimos de afuera y huimos por el precio de la entrada: £19. NO GRACIAS. Yo medio que me había calentado, porque pensé que habían tapado el hueco de donde había salido el barco, pero no estaba 100% seguro, me había parecido que el museo estaba un poco más atrás. Analizamos un poco el mapa y nos dimos cuenta que, efectivamente, el dique seco estaba en otro lado. Ahora, antes se podía pasear por ahí y verlo, pero ahora hay que pagar £6 (la frase del día, acuñada por el compañero Santiago, fue "el capitalismo salvaje llegó a la ciudad"). Por alguna razón nos dieron un descuento y pagamos la mitad. Visto y considerando que nos ahorramos 2/3 de la entrada del museo, creemos que salimos victoriosos. Es un paseo corto, pasás por las máquinas que se ocupaban de llenar y vaciar los 87 millones de litros de agua que entraban ahí. Te sentís una mierdita, y el hecho de que por algún lado está entrando agua te (me) da un toque de cagazo. De ahí nos pusimos a caminar y recorrimos el centro. Llegamos hasta el Victoria Square, un shopping que nos habían recomendado porque tiene una cúpula de cristal arriba de todo y se puede ver una panorámica de la ciudad. Medio choto, pero es gratis. Seguimos caminando hasta que se hizo de noche. Empezó a llover y estaba haciendo MUCHO frío. Llegamos al hostel y a los dos minutos me fui al pub. Tomé mucho. Me dijeron que la posta es tomar una pinta de cerveza y un whisky. Me dijeron o lo inventé. Háganlo, es la posta. Guinness y Smithwick fueron las cervezas, Black Bush y Bushmills los whiskies. No me di cuenta del pedo que tenía hasta que se me ocurrió ir al baño, pero día me levanté sin resaca. Buen alcohol o un hígado en mucho mejor estado del que imaginé. A las 4 salía nuestro vuelo para Edimburgo. Nos quedamos en el hostel hasta las 11, nos tomamos un micro hasta el aeropuerto. Barato y rápido. En la parte donde escanean las valijas fue donde más nos rompieron las pelotas, nos hicieron desarmar las mochilas y revisaron el pasaporte, pero lo más cercano a un problema que hubo fue que a Santiago se olvidó que tenía 3 botellitas de Jameson en su bolsa de regalos y las tuvo que meter en una ziplock. El despegue fue una chotada, estaba ventoso y hubo 167 momentos en los que pensé que el avión se caía al agua. Llegamos a Edimburgo y de ahí nos tomamos el bondi hasta el hostel. £1.5 menos y 60 minutos después llegamos al hostel (hostel de hippies, te hacen sacar los zapatos cuando entrás, tenés que usar unas pantuflas que te dan o estar en medias). Tiramos las cosas y nos fuimos al pub. Cervezas: Caledonian y Schiehallion. Y tenían menúes de degustación de whiskies. El que pedí venía con los siguientes: Auchentoshan (juega), Deanston (suplente) y Glenrothe (que vaya a hacer goles al Benfica B, acá no lo quiero). Van algunas fotos, shazbut, ¡nanu nanu!

"Nada sobre nosotros sin nosotros es para nosotros".
El tipito ese te apunta no importa dónde te pares. Otra que el CS.
El "recen por mi" original. Francisco, acá no comemos vidrio.
Luchas solidarias.
Me di el gusto de manejar por la derecha. Bueno, no.
Museo del Titanic. Tiene forma de iceberg porque les cabe la ironía.
Por 23 pounds me podría disfrazar de Rose. Era buena eh.
Igual que la tercera bandeja de la pelela.
Eso es una puerta.
Pasá si estás al pedo. No te hagas el deportista, usá el ascensor.
Me congelé las manos para sacar ésta foto.

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