lunes, 13 de febrero de 2012

Miami, los tres días - Vice City

Los tres días en Miami fueron un capricho de mi madre. A mi hermana y a mi nos daba más o menos lo mismo (en realidad, pujamos por los tres días en Orlando); y mi viejo no tenía NI GANAS de ir. Logró hacerse a la idea después de enterarse que entre Orlando y Miami podíamos pasar por una playa en Sarasota... "la arena es 90% cuarzo" o algo así nos dijo. Muy linda, y el cuarzo o lo que sea que sea, hace que la arena tenga la textura de la maicena. Fue muy loco caminar 10 cuadras por la playa que no me haya quedado arena en las zapatillas. El viaje lo hicimos en el auto (nave espacial creo que lo describiría mejor... ¿les conté que las puertas de atrás se abrían y cerraban solas? ¡¡Vale la pena recordarlo!!). Si algo tengo para decir a favor de este lugar, es que el tránsito es muy ordenado; el viaje de una ciudad a la otra es [más o menos] el mismo que de Capital a Mar del Plata, y fue muy tranquilo. Para cuando llegamos a Miami ya era de noche; pero pudimos ver que estábamos entrando a una ciudad GRANDE y con MUCHA gente.


Mi vieja quería ir al Sawgrass Mills, un shopping gigante; así que ahí fuimos. No hay mucho más para decir, y mi registro de fotos (0, como en CERO), así lo comprueba. Muchas marcas, muchas cosas bastante más baratas que en casa, otras no tanto; pero no mucho más que eso. Diría que fue un día perdido si no hubiese conseguido un par de cosas que por casa son imposibles.


Al día siguiente nos separamos. Mamá quería seguir comprando, mi hermana quería andar en bicicleta por ahí, mi viejo y yo queríamos recorrer (yo quería, también, encontrar alguna comiquería como la de Big Bang Theory). Antes de separarnos fuimos a desayunar; y terminamos en el escenario del GTA Vice City... ya había leído que los escenarios estaban basado en Miami, pero nunca me imaginé que hubiese sido con tanto detalle... En realidad, son todas construcciones art decó. Muy lindas para ver un rato, pero a la décima cuadra ves todo igual. Mamá había prometido tatuarse en Love&Hate Tattoo Studio, más conocido como "el de Miami Ink". Pasamos por el local, vimos a Ami, Yoshi y creo que hasta a Chris Nuñez... pero cuando se comió los mocos. Una vergüenza. Cada uno siguió su rumbo, y estuvo bien. Yo conseguí una comiquería (no como la de BBT, pero me sirvió), mi hermana anduvo en bici, papá recorrió con el auto y mamá siguió comprando. Nos relajamos todos... demasiado, porque el día siguiente iba a ser un caos.


Teníamos programado un vuelo con American Airlines para ir a Cancún, y de ahí en micro hasta Playa del Carmen. Tratamos de hacer el check in por la web, 24 horas antes, pero no pudimos. Mi viejo empezó a paranoiquear y dijo que fuésemos temprano. Ahí cometimos el grosero error de dividirnos. Él fue a estacionar el auto (sin haber sacado las valijas), yo estaba tratando de ver si nos podían confirmar asientos, mi vieja y mi hermana estaban yendo de un lado para el otro. La verdad no se cómo se manejan ahí con estas cosas; pero, incluso con las valijas despachadas, no teníamos asientos. Una locura. Y en el medio, mi vieja puteando porque no había podido ir a ver si podía comprarse una cámara. No es que tenía una cámara vista, no es que sabía dónde comprarla, quería "ir a ver si encontraba". Sin tener su vuelo confirmado. Mi viejo había ido a devolver el auto y estaba medio perdido, y cuando logramos encontrarnos fuimos a abordar. ¿Asientos confirmados? No. ¿Madre ofuscada porque habíamos conspirado para que no pueda comprar una cámara? ¡Por supuesto! Más allá de todo, no logro entender cómo es que abordás sin tener asientos confirmados, ¡es una locura! Hicimos todo lo de migración para volver (un chiste, te pasan las valijas de mano por los rayos x y nada más) y ya estábamos del otro lado. Me instalé en la puerta del vuelo y esperé que aparezca alguien para preguntarle. Resultó que la que apareció, era una asafata de American, pero argentina; que estaba hinchada las pelotas, y sin ganas de que la jodan. La salameé un poco y nos atendió bien, incluso nos dio los asientos lo más juntos que pudo. Recién ahí nos dieron los asientos. Sólo dos horas antes del vuelo. Si lo hubiese hecho solo, me habría divertido; pero como no fue así, fue estresante al extremo. Finalmente nos subimos al avión, pero el vuelo terminó retrasándose porque llamaron al piloto avisándole que su hijo se había muerto. JUSTO LO QUE QUERÉS ESCUCHAR ANTES DE VOLAR. Por suerte consiguieron otro piloto (como a los 45 minutos, bastante rápido), pero fue una situación de mierda.


El vuelo fue corto, algo de 90 minutos; y como la diferencia horaria entre Miami y México es de una hora, fue casi como tomarse el 60. Bajamos, hicimos todos los trámites de migración y cuando pensamos que las aventuras del día habían terminado, mis viejos cometieron el peor error que se puede cometer cuando bajás de un avión. Le dieron bola a un vendedor. Los abordó un tipo vendiendo excursiones a 1/3 del precio que (decía él) tenían todas las agencias. La cuestión es que terminaron pagando 260 verdes por algo que no sabían muy bien qué era. Llegamos al hotel, comimos y dormimos. Al otro día nos levantamos, fuimos al lugar para buscar los bouchers que en teoría habían comprado y nos encontramos con una venta de "una nueva forma de hacer turismo". Nos dieron vueltas por un hotel durante 90 minutos, y estábamos todos convencidos de que teníamos una porción del presupuesto menos. Mis viejos se empezaron a pelear porque él había sacado la plata en seguida y ella hubiese puesto mala cara si le decía que no. Al final resultó todo bien, acabamos de volver de la primera excursión que compraron.


Moralejas de todo esto: 


1) No vayan a Miami si no les gustan los shoppings, porque el clima es una mierda y si no tenés auto practicamente no te podés mover (los taxis salen lo mismo que la tarifa nocturna de los de casa). Yo, particularmene, hubiese disfrutado mucho más un par de días extras en Orlando (no sólo por los parques, me pareció más agradable el lugar). 


2) Si terminan en el aeropuerto de Cancún, no le den bola a NADIE. Consigan transporte hasta su alojamiento, relájense un poco, y de ahí arranquen todo.


Mañana les cuento de Chichen-Itzá... ¡¡Shazbut, nanu nanu!!














No hay comentarios:

Publicar un comentario