domingo, 5 de junio de 2011

Día quince - Panic at the pub

¿Vale la pena un viaje si tu vida no corre riesgo, aunque sea una vez? Hay quienes me dicen que el riesgo está en el avión, y entiendo su punto. Pero soy más kamikaze que eso... necesito un peligro un poco más cercano.


Ayer a la noche lo último que les puse fue que tenía hambre. Bueno, salí a buscar un lugar para comer. Fue un poco complicado porque los locales cierran temprano acá, así como las cocinas de los bares. Caminé unas cuadras y encontré un lugar que se llama The Clamshell. Local a la calle, pizzas, wraps y fritos. Me pedí un wrap de pollo, y decidí buscar un lugar para tomar algo. Quería un bar, quería algo local, y eso es lo que empecé a buscar.


El hostel está sobre una de las calles principales, y de ésta salen unas callejuelas, muy angostas y muy empinadas, que son sólo para peatones. El hecho de que sean escaleras lo confirma. Había algo, no se qué, que me decía que lo que estaba buscando lo iba a encontrar en una de esas calles. Y realmente fue así. Desde arriba veo a tres hombres con sendos vasos de cerveza, y cuando llegué hasta donde estaban, veo que las paredes estaban pintadas con aerosol. "Esta parece la clase de antro que estaba buscando... ¡vamos ahí!". Lo que les voy a contar, son los siguientes 20 minutos.


En un principio me decepcionés. Parecía mucho más limpio de lo que esperaba. Ya saben, por ser un lugar que está en una calle pintada con aerosol... e inmediatamente vi que había un karaoke, y en él, un soltero despidiéndose de su condición. Todavía tengo fresco el recuerdo de la última despedida de soltero a la que fui, y estaba seguro de que no quería caer en otra. Pero tengo una ley, si entro a un bar pido aunque sea una cerveza. Me acerqué a la barra y pedí una Belhaven Best, y la fui a tomar a un rincón desde el que podía apreciar todo lo que pasaba ahí. Y ahí fue cuando lo vi, y presentí que algo iba a ir terriblemente mal, terriblemente pronto. Había en el bar una mujer... una señora en el último lustro de su quinta década, actuando como lo que los porteños llamamos "gato". Esta Señora Gato se iba paseando por el local hablando un poco en inglés, otro poco en gallego. Y, como todos saben, los felinos cazadores sólo son notados cuando es tarde.


Supongo que porque tengo escrito "tourist" en la frente, se me acercó y me dijo "¿de dónde eres guapo? where are you from?". Quién sabe por qué, pero le dije "hablá en castellano, soy argentino". La Sra. Gato abrió sus ojos y gritó "¡¡mestás jodiendo la puta que te parió!!". Ahí maldije mi espiritu aventurero. Me agarró de la mano y me dijo "vení, vamos a hablar, vamos a fumar". Me agarró de la mano y me empezó a pasear por el bar. Cuando hizo esto, lo primero que atiné a hacer fue agarrar mi mochila. "Dejala ahí, no le va a pasar nada... acá mando yo, este lugar es mío". The horror, panic... le dije que me sentiría mejor llevando la mochila. Puso cara de "bueh" y continuó arrastrándome. "He´s from Argentina, from my land". Y me miraba y me decía "vamos a hablar, vamos a hablar". ¿Les dije que sentí pánico? Sentí MUCHO pánico.


El bar este tenía una parte al aire libre, destinada a los fumadores. Antes de salir, la Sra Gato se topó con un escocés, grande como Óbelix. Que me miraba con cara de una de dos cosas "deja a mi mujer sola" o "pibito, en la que te estás metiendo". Yo lo miraba con cara de "por favor, sacámela de encima, llevátela a otro lado". Ella lo abrazó, él le buscaba la boca, ella esquivaba, yo temblaba. El tipo le dijo algo, porque la mina se alejó medio paso y le decía "mirá, tocá, tocá lo que es esta pierna". Y ahí ocurrió el colmo de la noche. Le dijo "dura, dura como una piedra" y se toco la punta de la nariz, la cual se estiró indefinidamente ante la ausencia de cartílago. Me volvió a agarrar el brazo y una vez afuera me vi rodeado por 5 escoces. Recuerdo haber pensado "menos mal que tengo seguro médico".


"Hey, he´s from Argentina, my land" gritó. Uno de los escoceses se acercó y me preguntó si era hincha de algún equipo de fútbol. Nooooo chiquito... ¡ese es el truco más viejo del libro! Le dije que no, que no seguía a ninguno. Y me repreguntó... "pero a Tevez lo conocés". "obvio, es el mejor del mundo". A todo esto no se en que andaba el gato, pero se volvió a acercar y le dije "voy al baño y vuelvo". Soldado que huye sirve para otra batalla.


Volví al hostel y dormí hasta tarde. Me levanté y fui a recorrer el castillo de Edimburgo. Muy lindo, muy panorámico, muchas cosas viejas. Tienen el museo del ejército ahí, y muchas cosas interesantes. También están los Honores de Escocia, y la Piedra del Destino, sobre la cual se sientan los reyes. Es domingo y estaba todo cerrado, así que no hice mucho más.


Antes de las fotos, las cervezas del día: Caledonian, Deuchards, Lia Fail y Tennent´s. ¡¡Shazbut, nanu nanu!!

El catillo, desde abajo.

Visto desde el otro lado.
Mandobles... ¿alguien sabe cuándo sale Diablo 3?

Vitraux copado.
Una de las vistas desde el Castillo


Jodiendo a los franceses, para variar.

Gaviota. Después la vi comiendo de la basura.

William Wallace.

Freeeeeeeeeeeeeedoooooooooommmmmmmmmm!!!!!!!!

Capilla donde estaban los vitraux. Dicen que es la construcción más vieja de la ciudad.

5 comentarios:

  1. Jajaja, esa anécdota te dura por el resto de la vida. Más allá de eso y a juzgar por las fotos porque el 90% del relato está destinado a la anécdota, ¡¡¡alto viaje te estás pegando!!!

    PD: Y si querés para que no te vuelva a pasar algo así ni bien volvés te ayudo a tramitar la CLU y te conseguimos una linda 9 mm así cuando se te acercan esos personajes podés decir con toda confianza "Don't fuck with me, bitch!".

    sven23

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  2. SOS UN CAGOOOOOOON!!! TENIAS QUE HABER IDO AL FRENTE!!!
    A DONDE ESTA LA SANGRE TANA Y TURCA? HINCHA DE RIVER, AGUANTE TEVEZ Y MESSI, EL CHORI, LA COCA Y PERÓN! JAJAJAJ ABRAZO PUTIN!

    JOACO.

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  3. Fue una historia Maxi Seba. Pobre vieja, toda emocionada y vos cagon. DEMUESTRE EL MACHO ARGENTINO, FAJE A LOS NEGROS, GARCHESE VIEJAS

    Pato

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  4. Hubiese hecho todo eso, pero tenía la mochila con la computadora y el pasaporte... ¿qué hacía con la mochila? Supongo que me acostumbré a tenerla encima, después del viaje del día.

    ¡Prometo que para la próxima, hago la del macho!

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