martes, 7 de junio de 2011

Edimburgo, día 17 - De magos y fantasmas

En la ciudad de Edimburgo, en el año 1996, una madre soltera iba todos los días al café Elephant House a escribir una novela en la que había estado trabajando por años. Iba ahí porque había calefacción, al contrario que en su departamento. Sigue siendo el día de hoy que la escritora recuerda ese momento, y llora. Se llama, por cierto, Joanne Kathleen Rowling. Y si no la conocen por nombre, capaz conocen el libro que escribió en esa cafetería: Harry Potter y la Piedra Filosofal.


Se ufanan de tener más de 200 adornos de elefantes...
Ahí fui hoy, buscando capaz que un poco de esa magia que dejan los escritores tras de sí se me pegaba. Así que pedí un café con leche, busqué una mesa, y a escribir. No fue mucho lo que salió ahí. Decididamente frustrado, con la batería de la computadora medio muerta, empecé a caminar por las calles de Edimburgo. Más que calles, pasadizos. Subidas, bajadas, escaleras, rampas y rotondas. El paseo por la ciudad implica todo eso, y algo más. Si no tienen suerte (o si, depende de cómo lo vean) el clima puede no ayudarlos, y puede llover, y puede hacerse de noche a las 5 de la tarde.


Buscando un refugio bajo un techo, vi un aviso que rezaba "Tours de Fantasmas". Y dio la casualidad de que estaba por empezar, y también dio la casualidad de que dejó de llover en ese momento. Un hombre disfrazado como William Burke nos llevó por esas mismas calles por las que había pasado hacía minutos, contándonos, por ejemplo, que en una esquina había un orfanato que fue cerrado durante la época de la hambruna, y todas las personas dentro murieron. Y hay quienes afirman que por las noches de invierno, cuando el viento sopla, trae consigo la melodía que tarareaban los niños. O la historia de Maggie Dickson, quien fue ahorcada, pero no murió, y sólo el azar quiso que quien debía trasladar su cuerpo decidiera pasar un momento por una taberna. Cuando el chofer volvió, escuchó los golpes de Maggie en el ataúd. Se dio un debate en ese momento, sobre si se debía volver a ahorcar a la mujer o no. Finalmente se decidió que lo que pasó fue un acto de Dios, y que debía vivir. O la historia de Bobby, el terrier escocés que vivió 14 años sobre la tumba de su amo.


La clave está en la palabra "FREE".
La caminata terminó, las nubes se volvieron a juntar, y nuevamente empezó a llover. Como por arte de magia, o guiado por los mismos fantasmas, estaba frente a un pub, The Bank Bar. Una vez ahí, y con los fantasmas todavía rondando, la inspiración llegó. Bueno, tal vez más que los fantasmas fueron las cevezas...
Algún día van a decir "ahí se escribió un capítulo de UMBRA".
La noche siguió su curso, tomé una Innis & Gunn (ahorrense las dos libras que sale, no vale la pena), me leí casi todo Diarios de Ron de Hunter Thompson (el libro está bueno, pero no puedo evitar ponerle la voz de Johnny Deep). Mañana parto nuevamente a Londres, pero antes de volver tengo un lugar más para ver. Mantengo el suspenso, ¡¡sólo son dos días de espera!!


Shazbut, ¡nanu nanu!

2 comentarios:

  1. Emilia Pintos Lobo8 de junio de 2011, 10:30

    Muy bueno!!! Que lindo viaje, increible haber estado donde escribio Rowling!!!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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