jueves, 23 de junio de 2011

Carta de un hincha ateo a Dios

Dios, ¿estás ahí?


Hace mucho no hablamos. Obviamente vos me conocés, y si tenés un poco de autocrítica podés decir que yo conozco tu peor costado. Y es por esto que hoy te estoy hablando.


Puede sonar pretencioso lo que te voy a decir, pero me parece que estás en deuda. Yo te entiendo, tenés todo un Universo, o varios, en los que te tenés que preocupar. Capaz 600 mil trillones de años es para vos lo mismo que para mi dejar la leche en el fuego, y por eso pasan las cosas que están pasando en África. A mi se me hierve la leche y a vos se te descontrolan un par de continente es esta piedrita que se te ocurrió crear.


La cuestión es que, como buena partícula de leche dejada a su suerte que soy, no creo más en vos. Y supongo que vos en algún momento dejaste de creer en mi. En mi y en todos nosotros. Pero no importa eso. Hablar con vos, después de tanto tiempo, es como hablar con alguno de mis viejos después de haberme peleado. Está todo tenso, pero nos podemos decir cualquier cosa.


Así que yo te voy a proponer algo. Un trato, si querés. Vos sabés que a mi me gustan las historias de sacrificios. Por ejemplo, The Dark Knight Returns, de Frank Miller. Bruce Wayne sacrifica su vida para que Batman, y su incansable lucha por la justcia, puedan vivir. En Dune, Paul sacrifica casarse con la mujer que realmente ama, para mantener el Imperio, y que la especia fluya. Rorschach, en Watchmen, sacrifica su vida sabiendo que su forma de ser no permitiría que la paz mundial recientemente lograda por un maléfico plan durara mucho tiempo. Todos los héroes sacrifican algo. Y yo estoy dispuesto a sacrificar todo por el bien de muchos.


Estamos jodidos. Y cuando digo "jodidos" digo "JODIDOS". Salir a la cancha con la camiseta ya no sirve. Hasta hace unos años iba bien, pero ya no. Años de malas diligencias hicieron que así sea. Hoy estamos peleando desde abajo de todo. Y no es justo que así sea. Hay cosas que son inevitables en la vida. Amigos se van lejos, familiares cercanos (muy cercanos) se van para siempre (vos sabrás dónde), y el mundo que le voy a dejar a mis nietos en algún momento va a terminar. Pero había algo que, por lo menos hasta hace poco, era inmutable. Y era así porque era algo de muchos. Pero estás muy ocupado, y te despreocupaste de nosotros. Y ahora estamos JODIDOS. Vi gente llorando en la calle. LLORANDO.


El trato es el siguiente, y todos los aquí presentes saben que soy un hombre de palabra. La bocha es corta. Necesitamos un milagro. Si vos nos lo das, si le das a mi equipo, al equipo de CIENTOS DE MILES DE PERSONAS otra oportunidad, yo me voy a Luján en la próxima caminata. Obviamente tu beneficio no es sólo este, tu beneficio reside en que un ateo, públicamente asumido, va a revindicar Tu Nombre.


Dios, por el bien de muchos, demostrame que existís. No hagas que estas palabras sean sólo bytes tirados al infinito de cables.


Si existís, nos vemos el domingo. Shazbut. Nanu nanu.


Los hinchas queremos dejar de llorar. No por las glorias pasadas... Por el amor a la  camiseta.

1 comentario:

  1. Sebas: te cuento que seguí atentamente tus relatos en la "uropa".
    Has hecho un viaje muuuuy lindo!
    Me ha defraudado un poco no haber leido nada respecto a tu llegada, aunque supongo, se debe, a la depresión post viaje.
    Con respecto a las gallinas... ajo y agua, pero seguramente, en breve volverán a la A.

    Te mando un abrazo y te invito a pasar por mi blog: http://luispower.blogspot.com
    Vas a poder ver un par de cosas mías relacionadas con la música...

    ¡MÁS TE VALE QUE ME COMENTES!

    Abrazo de goooool!

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